lunes, 19 de septiembre de 2011

PROGRAMA ELECTORAL RUBALCABA


LO URGENTE, CREAR EMPLEO
La recuperación de empleo, para que sea más rápida de lo que naturalmente se produciría, exige acción pública decidida y recursos públicos definidos. Una acción y unos recursos que deben destinarse a objetivos preferentes:
  • Empleo para los jóvenes: tenemos que poner de manera inmediata el empleo de los jóvenes en el centro de las prioridades de la recuperación económica.  Para ello proponemos adoptar:
    • Medidas dirigida a jóvenes desempleados, de 20 a 30 años, que no disponen de cualificación profesional alguna: para ello pondremos en marcha la gran oferta formativa que acompañe al contrato de Formación y Aprendizaje recientemente aprobado por el Gobierno.
    • Medidas dirigidas a jóvenes menores de 30 años que disponen de cualificación profesional: revisaremos el contrato de prácticas y pondremos en práctica un Programa de primera experiencia profesional.
    • Medidas dirigidas a jóvenes desempleados menores de 20 años que no disponen de cualificación profesional: ofreciéndoles oportunidades desde el propio sistema educativo para que completen su formación básica y adquieran algún tipo de cualificación profesional específica, como los PCPI (Programas de Cualificación Profesional Inicial).
    • Medidas dirigidas a jóvenes escolarizados con claro riesgo de abandonar el sistema educativo sin ninguna cualificación profesional: desarrollaremos todas las pasarelas entre los diferentes niveles del sistema educativo e incrementaremos la oferta de PCPIs y las plazas en los diferentes niveles de la educación postobligatoria, especialmente en formación profesional de grado medio, donde crearemos 200.000 nuevas plazas.
  • Planes sectoriales de empleo: Propondremos acciones selectivas dirigidas a determinados sectores estratégicos. Es cierto que no se puede determinar una lista completa de las actividades que pueden tener en el futuro un carácter estratégico para España, en el sentido de aportar oportunidades de creación de nuevas empresas y generación de empleo y riqueza. Pero sin embargo, sí forman parte sin duda, de los sectores industriales estratégicos para España: los de automoción, aeroespacial, biotecnologías, tecnologías sanitarias y farmacéuticas, TIC, protección medioambiental; energías renovables y eficiencia energética; agroalimentación. A ellos hay que añadir aquellos sectores que pueden tener un potencial de crecimiento futuro como las químicas, el azulejo, el mueblo, el juguete…asimismo, el turismo y la construcción, el turismo, las industrias culturales y los servicios sociales. 
  • Más y mejores empresas: la recuperación de la actividad y el empleo en los próximos años está estrechamente ligada a la creación de nuevos proyectos empresariales, al autoempleo y al crecimiento del amplio tejido de PYMEs con que cuenta España. Por ello necesitamos reforzar el emprendimiento y la creación de nuevas empresas y fomentar la creación de un tejido empresarial de mayor tamaño.  Nuestro elemento central en nuestra estrategia de emprendimiento será una Ley de Fomento Empresarial: con medidas destinadas a facilitar la creación de nuevas empresas; con medidas encaminadas a mejorar la financiación para las PYME’s; con medidas para reducir las cargas administrativas; con medidas para apoyar el crecimiento de las jóvenes empresas innovadoras mediante la aprobación del Estatuto correspondiente.
Por otro lado,  en este cambio de cultura empresaria, la Responsabilidad Social de las Empresas puede ser el instrumento necesario para hacer que las empresas colaboren en un proyecto de sociedad con valores, con dignidad humana, con justicia, con libertad.
En el marco de la negociación colectiva, es  necesario abordar un gran pacto global de rentas, con participación del sector público y del sector privado, en el que intervengan todos los agentes y en el que se contemple una evolución de las rentas, precios y márgenes coherente con la marcha de la economía. Un acuerdo que debe abrir los incrementos salariales a indicadores adicionales al índice de precios al consumo para tomar en consideración, asimismo, la evolución de la productividad o las condiciones de competitividad de la empresa o el sector. Pero que también debe incorporar compromisos efectivos de reinvertir beneficios en el mantenimiento y fortalecimiento de la empresa, en la creación de empleo, en la racionalización del trabajo. Un acuerdo que debe contemplar, igualmente, un tratamiento paralelo entre los incrementos salariales pactados para los trabajadores y los incrementos de las retribuciones de gestores y directivos, sea cual sea su especie. Porque no es posible asistir por más tiempo al indecente espectáculo de la convivencia de controles salariales o expedientes de regulación de empleo con la aprobación de bonus, pensiones o reparto de beneficios escandalosos.
También habrá que examinar la inexplicable imposibilidad de que el trabajo a tiempo parcial sea una fórmula de prestación de servicios digna, estable y a disposición de quien quiera o deba compaginarlo o conciliarlo con otra actividad y no una figura residual. Eso mismo habrá que hacerse para impulsar la aceptación del teletrabajo.
Será el momento de poner fin a la temporalidad que distorsiona el funcionamiento correcto de nuestro mercado de trabajo. Hay vías a recorrer: mejor definición de las causas legales que posibilitan la realización de los contratos temporales, simplificación de las diferentes modalidades de contratación temporal, aproximación de los costes de los contratos indefinidos y los contratos temporales, incluida la incorporación creciente de cláusulas bonus-malus respecto de la cotización a la seguridad social. 

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