Al igual que la derecha, la izquierda política oscila entre un mayor o menor autoritarismo. A diferencia de la derecha plantea la igualdad social como meta prioritaria de su programa político, aunque en muchas ocasiones esa igualdad se consiga a costa de algunos derechos individuales como el de propiedad o el de libertad de empresa.
También como la derecha, los movimientos políticos izquierdistas tienen posiciones diversas sobre el capitalismo y la democracia. Para algunos el capitalismo es un sistema válido aunque es precisa la intervención del estado para garantizar la igualdad social; mientras que para otros grupos izquierdistas el capitalismo es un sistema intrínsecamente perverso que debe ser transformado de raíz. Igualmente existen movimientos izquierdistas defensores de la democracia burguesa instaurada en Occidente, y otros movimientos claramente contrarios a este sistema político.Aunque las posiciones dentro de la izquierda son, al menos, tan ricas y diversas como en la derecha política, en este trabajo solo se van a analizar la socialdemocracia, el comunismo y el anarquismo.
LA SOCIALDEMOCRACIA:
En el siglo XIX surgieron en Europa movimientos obreros que proponían la redistribución de la riqueza entre la población, el método para lograr esta redistribución era la revolución social. Frente a este socialismo revolucionario, la socialdemocracia nació a finales del XIX como un intento de conseguir la redistribución de las riquezas y una mayor igualdad social a través de elecciones democráticas.
La socialdemocracia se ha mantenido más o menos alejada de las concepciones revolucionarias y utopistas de otros movimientos de izquierda. Los socialdemócratas defienden a ultranza la democracia occidental como sistema político válido.
En lo económico defienden un capitalismo reformado. Según la socialdemocracia, aunque el capitalismo es el sistema económico imperante y ha aportado beneficios indudables al género humano, la tesis liberal de que el capitalismo genera por si mismo felicidad a la mayoría del género humano es falsa. La avaricia de los ricos o la desigualdad de oportunidades hacen que en el capitalismo sin regulación surjan estratos de población de desheredados que mal viven en la miseria. El estado debe velar por estos sujetos más débiles y regular el mercado para subsanar estas irregularidades. La socialdemocracia, junto con los conservadores, ha sido una gran defensora del estado del bienestar, según el cual el estado debe proveer a los ciudadanos de los servicios asistenciales básicos. La socialdemocracia tiende a extender lo más posible este concepto de “servicio asistencial básico” por lo que suele ser necesario aumentar los impuestos para mantener los servicios asistenciales.
La socialdemocracia defiende en lo social la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos independientemente de sexo, raza, religión u orientación sexual. Por esto el programa socialdemócrata suele acoger el reconocimiento de derechos para las minorías (minusválidos, homosexuales, personas dependientes...) o para colectivos marginados (inmigrantes, mujeres, etc.).
EL COMUNISMO:
Aunque ha habido teorizaciones políticas comunistas desde Platón (IV a.e.c) se entiende aquí comunismo como la ideología política inspirada por la obra del filósofo alemán Karl Marx.
El comunismo propone la máxima igualdad social posible. Esto es inviable dentro de un sistema democrático burgués y capitalista. El capitalismo es el sistema creado por los predadores para rapiñar a sus presas, promueve desigualdades al promover la acumulación de capital. Por lo tanto, en defensa de la sociedad, el estado, creen los comunistas, debe controlar la economía del país de manera más o menos absoluta. De este modo, el estado planifica la economía de un territorio, las necesidades, a que van dirigidos los recursos, etc.
En los regímenes comunistas el estado posee los medios de producción de riqueza como las fábricas; los obreros dan la mayor parte de la fuerza de su trabajo al estado pero a cambio reciben de este alojamiento, trabajo, comida, etc. Es importante subrayar que en una economía planificada como la que existe en los países estrictamente comunistas no existe el paro ni la pérdida de vivienda por embargo bancario, por ejemplo. Los medios de trasportes públicos como trenes y autobuses son gratuitos o muy baratos.
En los países comunista existe un solo partido, el partido comunista, que es el que toma las decisiones y delibera. Como todo el mundo puede entrar a formar parte del partido, los comunistas no creen que se esté negando la participación política a nadie. La democracia es incompatible con el comunismo ya que los órganos del poder y de los medios de comunicación son ocupados por la élite económica o sus fieles vasallos.
En los países comunista no existe libertad de prensa como la conocemos en Occidente. En ocasiones hay censuras y no se puede criticar abiertamente al régimen sin ser acusado de “traidor a la patria”. La disidencia política no comunista está más o menos perseguida. Debe tenerse en cuenta que en tanto que el estado provee de todo a sus ciudadanos ejerce o puede ejercer un fuerte poder sobre ellos, por lo que son regímenes políticos que caen fácilmente en el autoritarismo y en cierta falta de respeto hacia los derechos individuales. No obstante, existen y han existido muchos países comunistas, cada uno con sus peculiaridades, en alguno de los cuales los derechos individuales eran más respetados que en otros.
Países comunistas en la actualidad son, por ejemplo, Cuba, China o Corea del Norte.
EL ANARQUISMO:
Al igual que el comunismo, el anarquismo es un movimiento izquierdista revolucionario. Pretende llegar a la igualdad social mediante la revolución. Sin embargo, su perspectiva del proceso revolucionario es muy diferente a la del comunismo por lo que estos dos movimientos han estado en continuo conflicto.
El anarquismo critica al capitalismo por las mismas razones que el comunismo. El capitalismo promueve la desigualdad social y la depredación de los más poderosos (ricos) sobre los más débiles (pobres). En tanto que el motor del capitalismo es la acumulación de capital deja a una capa de población sin parte en la riqueza social.
Sin embargo, y en esto se separa profundamente del comunismo, el anarquismo también critica al estado. El estado es una estructura política creada bajo la base de que unos hombres deben dominar sobre otros y dirigir sus destinos. Desde la perspectiva anarquista no es posible la igualdad social mientras persistan este tipo de estructura del poder ya que el poderoso frente al que no tiene el poder, representa la diferencia social más radical de todas. Por esta razón el anarquismo propone la destrucción del estado y su sustitución por comunas independientes en las que la democracia sea directa y no representativa; es decir, que cada cual en la asamblea posea derecho a hablar y a votar sobre los asuntos a debatir. Los medios de producción pertenecerán al colectivo de la comuna que decidirá como utilizarlos, obviamente para el bien común.
El anarquismo es respetuoso con los derechos individuales que no dañen la economía colectiva; por esta razón no reconoce al individuo derecho a la propiedad de los medios de producción. Los movimientos anarquistas, por lo tanto, reconocen la igualdad de derechos de todos y la máxima amplitud de estos derechos.